Embarazo y cáncer de tiroides
Nódulos tiroideos en el embarazo:
Toda mujer embarazada con nódulos tiroideos debe ser evaluada como sin no estuviera embarazada, en cuanto a los estudios clínicos e imágenes.
Funciones tiroideas como hormona tirotropina estimulada, tetrayodotironina, triyodotironina, e imágenes como una ecografía tiroidea.
Los estudios de imágenes como gammagrafías con iodo están contraindicadas, las indicaciones de biopsias, son las mismas que en las mujeres no embarazadas, perfectamente realizables y seguras.
El manejo de los nódulos tiroideos varían según la biopsia por aguja fina.
En los nódulos benignos es raro la cirugía durante el segundo trimestre de embarazo debido a algún síntoma, cuando la biopsia presenta resultados como neoplasia folicular o lesión folicular de atipias indeterminadas, son de seguimiento posterior al parto debido a que el 80 al 90% son benignos en resultado de patología postoperatoria.
En áreas geográficas con determinada deficiencia de iodo la prevalencia de nódulos tiroideos en mujeres embarazadas son del 3 al 21%, en estudios retrospectivos, se evidencia que el porcentaje de cáncer de tiroides con nódulos tiroideos varia del 13 al 43%.
¿QUÉ SUCEDE CUANDO HAY CANCER DE TIROIDES Y EMBARAZO?
Diagnóstico durante el embarazo:
En estudios observacionales se ha descubierto que no produce ningún impacto en el pronóstico de la enfermedad durante el embarazo, las pacientes embarazadas con cáncer de tiroides son candidatas a cirugía, SIN EMBARGO, por la indolente evolución y buen pronostico del cáncer de tiroides, la tiroidectomía es pospuesta hasta el postparto para minimizar las complicaciones maternas y fetales. Esta estrategia de tratamiento no afecta el pronóstico debido a una evaluación comparativa a 20 años de seguimiento donde se evaluaron las paciente con tiroidectomías durante el embarazo y tiroidectomía diferida postparto, sin cambio en el pronóstico y supervivencia de la madre.
Si la decisión del grupo familiar es posponer la tiroidectomía hasta el final del embarazo, esta deberá evaluarse clínicamente y por ecografías seriadas para la evaluación del nódulo tiroideo y del cuello durante cada trimestre.
Si en 24 semanas se evidencia un incremento del nódulo en volumen de un 50% y tamaño mayor al 20% de sus seguimientos, la tiroidectomía deberá realizarse en el segundo trimestre del embarazo, a diferencia si se mantienen las medidas estables, se podrá esperar hasta el final del embarazo, manteniendo una supresión de tirotropina de 0.1-1.5 mU/L.
La tiroidectomía es realizada durante el embarazo, con indicaciones precisas, con tumores grandes, histologías agresivas, adenopatías cervicales, o enfermedad metastásica, el momento más seguro durante el embarazo para realizar una cirugía es el segundo trimestre del embarazo, aunque en estudios se mencionan que las complicaciones postoperatorias son mayores en la cirugía durante el embarazo vs postparto (11 vs 4%), y un aumento de las complicaciones metabólicos –endocrinas (hipoparatiroidismo, hipocalcemia, lesión del nervio laríngeo recurrente).